Cuna Más fortalece el uso de la lengua materna desde el embarazo y facilita el aprendizaje en la primera infancia

Cuna Más fortalece el uso de la lengua materna desde el embarazo y facilita el aprendizaje en la primera infancia
Los bebés aprenden su lengua materna antes del nacimiento, así lo revela una investigación del Centro de Neurociencia de la Universidad de Padua, en Italia. Por ello, el Programa Nacional Cuna Más del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis), apoya y promueve el fortalecimiento de la lengua materna mediante sus servicios de Acompañamiento a Familias (SAF) y Cuidado Diurno (SCD), en los 625 distritos pertenecientes a pueblos originarios andinos y amazónicos.

Según el estudio, entre los cinco y los siete meses de embarazo, el feto puede empezar a oír sonidos fuera del útero y se ha comprobado que solo unos días después del nacimiento los bebés demuestran que prefieren la voz y el idioma nativo de su madre.  La mayoría de los recién nacidos son considerados “oyentes universales”, lo que significa que están capacitados para aprender cualquier lenguaje, pero cuando cumplen un año, el cerebro de los niños reconoce los sonidos de su lengua materna.

En ese sentido, en el marco del Día Internacional de la Lengua Materna, que se conmemora este 21 de febrero, Cuna Más reafirma su compromiso de pertinencia cultural en 53,375 familias usuarias del SAF: a 49,884 niñas y niños menores de 36 meses de edad y a 3,491 mujeres gestantes, quienes gracias a la orientación que reciben de las facilitadoras en su lengua materna han mejorado sus condiciones de salud y bienestar emocional. Asimismo, atiende a 8,031 niñas y niños entre 6 a 36 meses de edad, a través del SCD, que gracias a su enfoque intercultural, los contenidos del programa social son transmitidos en lenguas maternas como son el quechua, ashaninka, aymara, shipibo, awajún, entre otras.

Maritza y Amanda, cultura viva

Ejemplo de ello es Maritza Mauri, facilitadora del SAF, quien mantiene su cultura viva a través de las enseñanzas y conocimientos que transmite a las familias del centro poblado de Puncururucha, distrito de Challabamba, provincia cusqueña de Paucartambo. “Yo, como facilitadora me siento feliz de que las familias de mi comunidad me reciban para brindarles apoyo en el cuidado de sus hijas e hijos y qué mejor que hacerlo en mi lengua materna que es el quechua. Mis padres y abuelos siempre me hablaron en runasimi (quechua)”, sostiene Maritza.

Amanda Ccolque es una madre usuaria del SAF que cuida y atiende a su bebé Aizel Dayane, gracias a los consejos que le brinda Maritza, manteniendo su lengua originaria: “Yo pongo en práctica todas sus enseñanzas, todo lo que me dice respecto a mi hija, sobre la limpieza, lavado de manos, entre otras cosas”, refiere Amanda Colque.

De acuerdo con el mapa etnolingüístico, en el Perú se han identificado 48 lenguas originarias vigentes, de las cuales 27 son consideradas lenguas vitales, eso quiere decir que la mayoría de sus hablantes las aprenden como lengua materna; mientras que 21 lenguas están en peligro de desaparecer. Del mismo modo, lenguas vitales como el quechua, aimara, asháninka, shipibo-konibo, awajún, shawi, entre otras, cada vez más, están siendo aprendidas como segundas lenguas y ya no como lenguas maternas.

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