En Recuay, a 3465 metros sobre el nivel del mar, en el distrito de Ticapampa, conocida como la llanura del agua congelada por el intenso frio que registra, la I. E. n.° 419 Primavera realiza la crianza de lombrices para la producción de humus o abono orgánico a fin de mejorar la calidad del suelo para el cultivo de hortalizas que complementan los desayunos que brinda el Programa Nacional de Alimentación Escolar Qali Warma, del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis).
Liz Maribel Milla Sánchez, directora de la entidad educativa y presidenta del Comité de Alimentación Escolar (CAE) recuerda que inició esta labor con cinco lombrices californianas y gracias al apoyo de los docentes y padres de familia continúa año tras año con este proyecto que le fascina, pues sus padres le enseñaron a cultivar la tierra desde pequeña.
Ella reconoce la importancia de los desayunos escolares que entrega el programa social del Midis porque cumplen con los requerimientos nutricionales para la población estudiantil y sobre todo mejoran la atención de las niñas y niños en clases facilitando su aprendizaje. Es por ello que puso en práctica lo enseñado por sus padres.
A pesar de contar con poco terreno, se las ingenió para habilitar un espacio en la escuela para este proyecto de lombricultura. Nos cuenta que tiene dos pozos, uno donde recicla la materia orgánica para su descomposición y otro donde se encuentran las lombrices produciendo el humus. También tiene una pequeña cama de almácigo para la germinación de las hortalizas. “Es todo un arte”, nos dice Liz.
En su pequeño huerto producen hortalizas orgánicas como cebolla, lechuga, repollo, espinaca, betarraga, acelga, plantas aromáticas, entre otras, las mismas que son utilizadas para complementar la preparación de los desayunos escolares.
Mientras la directora nos cuenta cómo se produce el humus, la señora Talía Maguiña Chávez, responsable de la cocina, se acerca al huerto escolar y recoge cebollas, orégano, entre otros vegetales, que utilizará para preparar el desayuno. Hoy corresponde hojuela de avena con maca y guiso de conserva de pescado con arroz, que consumirán las niñas y niños antes de iniciar con la jornada escolar.
Cabe precisar que Liz Milla, con mucha paciencia enseña a los escolares a acondicionar la tierra, sembrar, regar y cosechar los alimentos, inculcándoles desde pequeños el amor a la tierra y sobre todo a comer sano. Es así que Valentina, Fredy, Sofía y Andrea son los alumnos más entusiasmados al igual que su profesora, pues les gusta cultivar la tierra y ver cómo van creciendo sus plantitas. Después de un pequeño receso y aún con las baterías cargadas, los niños van a sus salones a continuar con las labores escolares. Todos sobresalen, tienen una gran capacidad para entender las lecciones que imparte su profesora.
